Era yo un chaval de diez años cuando mi madre me explicó que había visto una película muy chula en el cine, el film contaba la historia de un robot del futuro que viajaba en el tiempo para matar a una mujer de nuestro presente. Sin haberla visto, y con el referente de lo que me explicó la mujer que dio la vida, fantaseé varios días con aterradoras criaturas mecánicas que, con aspecto humano, venían para aniquilar a la raza humana. De repente, me entró prisa por saber cuantos años debería esperar hasta que pudiera verla. Poco podía imaginar en ese momento que, treinta años después, volvería a ver una nueva película de este personaje en la gran pantalla.
Antes de que sigas leyendo: ESTE ARTÍCULO CONTIENE
MUCHO, PERO QUE MUCHO SPOILER.
La resurrección de una saga legendaria como Terminator siempre
se convierte en un arma de doble filo. La parte buena es que siempre significa
un reclamo para los muchos seguidores de las primeras películas, que acudimos con el ansia de
volver a ver al icónico personaje que catapultó la carrera de Schwarzenegger. Lo
malo es que los fans acostumbramos a depositar no pocas expectativas en este
tipo de franquicias, más aún si vuelve a contar con la presencia de Arnold, que
encabezó el reparto de las tres primeras películas (las dos primeras indispensables
y la tercera totalmente prescindible): “Terminator” (1985), “Terminator 2” (1991) y “Terminator 3” (2003).
Sin duda, el actor austriaco es el reclamo principal de
“Terminator Génesis”, muy por encima de todos sus compañeros de reparto, incluida
la ahora muy famosa “Reina de Dragones”, Emilia Clarke. Schwarzenegger
interpreta esta vez a un nuevo Terminator que fue enviado al pasado para cuidar, desde su infancia, a una pequeña Sarah Connor . El antiguo Mister Olimpia, interpreta -de
forma un tanto gamberra- a un Terminator con un rol mucho más “humano” que sus
predecesores. El “Abuelo” (así se refiere a él Sarah Connor), es ahora un
entrañable y enternecedor personaje, con una parte orgánica que ha envejecido
con el paso del tiempo (una ingeniosa manera de justificar la presencia
del actor, que ya cuenta con 68 años).
El "Abuelo" Terminator |
El mayor reto al que se enfrentaba “Terminator Génesis”,
era el de no defraudar demasiado y entretener lo suficiente a un público que debería
volver pagar la entrada de las dos siguientes películas de esta, ya poco
probable, trilogía. Esta presión es la que menos ha jugado a favor del film
del director Alan Taylor, que se ve obligado a contemplar con pasmosa perplejidad, cómo
el resultado en la taquilla USA no ha sido el previsto por la productora, que
por ahora no ve con buenos ojos rodar las dos próximas entregas
previstas de este reboot.
“Terminator Génesis” sienta sus cimientos en una
ingeniosa revisión de la primera trilogía. La creación de una nueva línea
temporal, que no es paralela a la “antigua”, sino que la sustituye por completo,
es el mayor acierto del film. Lo peor es que una película, que es original en su
concepción, acabe cayendo en la misma estructura argumental que sus
predecesoras. El film cae en el recurso fácil de ser again una carrera de dos
humanos y un Terminator (bueno) por salvar el mundo, perseguidos por un malvado Terminator o, como sucede esta vez, por un
exterminador que es una mezcla de ser humano y acero líquido. Además con el cuerpo
robado de un John Connor adulto. Un ingenioso giro argumental que fue
totalmente desvelado y machacado en el último trailer oficial (¡¡bravo!!).
El Terminator de 1985 no sabe la que le espera |
Los fans de “Terminator” agradecemos el detalle de
haber incluido guiños a la película de los ochenta. En este sentido, resulta particularmente
entrañable el momento en que se recrea la escena de la llegada del cyborg
Arnold de la primera “Terminator” (1985). Es la única vez que “Terminator Génesis”
conecta temporalmente con “Terminator” (1985), pero son unos minutos que se
convierten en todo un clímax cinematográfico para aquel que sea un nostálgico
del primer film.
El John Connor desterrado |
“Terminator Génesis” queda muy lejos de ser un digno
relevo a la trilogía original pero es un producto ameno y algo melancólico,
bastante más inteligente de lo que cabía esperar. Juguetón y divertido, se convierte en un entretenimiento que se reconoce
menor que sus predecesoras, pero que cumple con el objetivo de hacer
pasar un buen rato, a la vez que acaricia con respeto a aquella “Terminator”
que, en 1985, dejó con la boca abierta a un niño de diez años.
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