De las películas más tontas de la historia del cine de nuestro ídolo, esta es una de las que se lleva la palma. “Tango & Cash” (1989) es un acercamiento por parte de Sly a la comedia que en esta ocasión le salió “bien”.
Tal fue
el subidón del actor, que pensó que esto de la comedia era la suyo,
embarcándose tres años después en las dos peores elecciones de la historia de
su carrera: “Oscar” y “Alto, o mi Madre Dispara”, las dos estrenadas de manera
consecutiva en 1991… ¡uf,! Hay películas que golpean más fuerte que la vida.
Sly
supo reflexionar sobre el tipo de comedia que el público sabe perdonarle, ésa
en la que acción y chistes van de la mano y a toda velocidad, como ocurre en
“Tango & Cash”. Esta exitosa fórmula volvió a repetirla en 1993 con
“Demolition Man”, proyecto del que salió mejor parado de lo que cabía esperar.
Que lo
leído hasta ahora no te lleve a pensar que estoy mal metiendo de esta película
que considero un gran entretenimiento muy acorde con los clichés de los
ochenta. Un film del que no debes sentir la obligación de ver en la actualidad
ya que es de esos films a los que el tiempo realmente les ha hecho mucho, pero
que mucho daño. Al revisarla años después he tenido la misma impresión que
cuando veo un episodio del equipo A, la sensación de que lo que estoy viendo
está enfocado a un público adolescente, casi infantil.
“Tango
& Cash” no pretende engañar a nadie, la película se construye sobre un
guión que da risa de lo simple que es: una pandilla de jefes criminales,
encabezados por Jack Palance, idea un plan para librarse de los dos mejores
policías de la ciudad (Tango & Cash), para así poder hacer sus negocios sin
que éstos se interpongan. Cuando los músculos de los polis tocan el suelo de la
cárcel (recordemos que Sly pisó la cárcel ese mismo año con “Encerrado”) es cuando se ven obligados a unir fuerzas con
el objetivo de escapar de prisión y demostrar su inocencia.
Por
supuesto, las personalidades de los dos policías son diametralmente opuestas, ¿se
ha visto esto en alguna otra película de policías? Mientras Tango (Stallone) es
una especie de millonario que sigue ejerciendo de poli para pasar el rato, Cash
(Russell) es un desaliñado e impulsivo agente con pocos modales y con un
intelecto algo justo. Podemos llegar a afirmar que el éxito de esta “budy-movie” radica principalmente en el
tándem Stalllone-Russell, con una química que se sale de la pantalla, lo que
otorga a la cinta la frescura necesaria en este tipo de cine, más orientado al
consumo de palomitas que en crear una trama mínimamente creíble.
El actor, compositor y aquí
director, Andrei Konchalovsky, consciente de que no estaba rodando precisamente
un nuevo “Ciudadano Kane”, intensificó sus esfuerzos en crear escenas de acción
bien resueltas, visiblemente agradables y entretenidas, de ésas escenas que el
espectador es capaz de seguir sin perderse. En ese sentido, de lo mejor de la
película es el momentazo de pura adrenalina en la que los protagonistas se
enfrentan a puñetazos con el numeroso “comité de bienvenida” de la prisión.
En el film aparecen caras tan
conocidas como las del ya desaparecido “replicante” Brion James, haciendo del
matón que prepara la trampa a Tango
& Cash, así como la
atractiva Teri Hatcher, en el papel de hermana pivón de Tango (cuando todavía
no era una “mujer desesperada”).
Teri Hatcher |
La música corrió a cargo de Harold Faltermeyer que recurrió
a los sintetizadores tan típicos de los ochenta, ésos que no dejan de
recordarnos el mayor éxito del músico alemán: “Axel F”, que en 1985 compuso
para “Superdetective en Hollywood”. Por cierto, ¿sabíais que el papel que
protagonizó Eddie Murphy en esa película se le ofreció antes a Sylvester Stallone? Hollywood es un pañuelo.
No cuesta imaginar que la película contó con el esperado apaleamiento
por parte de la crítica así como tres nominaciones a los premios Razzie (los
anti Oscar de Hollywood): uno para Stallone, otro para Russell y el tercero
para el “guionista” Randy Feldman. No ganó ninguno de esos premios pero tampoco
obtuvo los beneficios esperados: costando 55 millones de dólares (personalmente
no veo dónde se invirtió ese dinero), consiguió recaudar sólo 63,4 millones de
dolores, quiero decir…dólares.
Alguien me dijo una vez que una película buena es aquella
que te gusta, ese razonamiento me vale para definir “Tango & Cash” como una obra maestra, sobretodo si –como
yo- tuviste la suerte de verla el día del estreno con catorce años. Aquella
tarde lo pasé tan bien que, lo que pudo ser una de las películas más tontas de
la historia, se convirtió para mi en una de las películas que ocupa un lugar en
la biblioteca de mi corazón.